martes, 8 de marzo de 2016

El problema de las mujeres siempre ha sido un problema de hombres

La historia de la humanidad es una constante lucha del individuo por ser reconocido como tal, ante la naturaleza, la sociedad, la política, el sexo opuesto y dentro de la familia.

¿Por qué nos han hecho creer que las mujeres han desempeñado un papel secundario en la historia de la humanidad? ¿En qué han contribuido al desarrollo de la sociedad? ¿Acaso las mujeres representaban una amenaza ante el ego masculino?


Es difícil contestar a estas preguntas con algo de  imparcialidad ya que soy mujer, sin embargo retrocediendo bastante  en la historia del ser humano y deteniéndonos en la prehistoria, se ha llegado a demostrar que el matriarcado existió.

Parece ser que las mujeres del Neolítico eran fecundadas por los ríos y los vientos, por lo tanto la fuerza procreadora de la naturaleza se representaba con la figura de una mujer. Todos los cambios que se sucedían en la naturaleza, el paso de las estaciones, las lluvias, se atribuían a fuerzas sobrenaturales, a la Diosa Madre.

Además, las mujeres desempeñaban trabajos imprescindibles para la supervivencia de la prole: producción de alimentos, transformación de los mismos, recogidas de plantas con fines curativos, confección de tejidos y  elaboración de cerámica para preservar los alimentos.


La incorporación del hombre a los trabajos agrícolas, el aumento demográfico, la necesidad de la fuerza física para producir alimentos, son factores que han contribuido a que la mujer se limite al ámbito familiar, pierda protagonismo y con ello, sus derechos igualitarios con el hombre.

A lo largo de la historia, las mujeres han arrastrado estas desigualdades, desde la Época Romana en la que la mujer era considerada una menor sometida al hombre. En la Edad Media, la única manera de sobrevivir para una mujer era en el matrimonio, y en la edad moderna, vemos   que la mujer sigue confinada en el ambiente familiar.
Como bien decía Simone de Beauvoir el problema de las mujeres siempre ha sido un problema de hombres.